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DE LA ESCLAVITUD A LA LIBERTAD FINANCIERA
Alberto entró y pegó un portazo, le gritó al perro, pateó al gato y casi mata al canario… los niños se escondieron debajo de la cama y su esposa, con timidez, le puso un plato de sopa sobre la mesa.
Alberto entró y pegó un portazo, le gritó al perro, pateó al gato y casi mata al canario…
Parece que papá tuvo un mal día susurró uno de los hermanitos que se había colocado fuera de la línea de fuego.
En realidad, parecía que últimamente todos los días eran malos para papá. Alberto estaba experimentando en carne propia la presión de vivir en la esclavitud financiera.
No era que Alberto Rodríguez fuera pobre ni que ganara poco en su trabajo.
Lo que pasaba era que no había sueldo que alcanzara…
Uno es "esclavo" en el sentido espiritual cuando hay algo que toma el lugar de Dios en su vida.
La esclavitud financiera, entonces, existe cuando el dinero y las finanzas ocupan en nuestra existencia diaria el lugar de prioridad que le corresponde al Creador.
Tomemos el ejemplo de Alberto y veamos cuáles son los síntomas más comunes de la esclavitud espiritual:
1. Preocupación excesiva por las finanzas
La persona en esclavitud financiera está en un nivel de presión económica tal, que no se puede sacar las finanzas de la cabeza. Está en el hogar y está preocupado por las finanzas, está en el trabajo y está pensando en las finanzas, está manejando su automóvil y calculando su estado económico en el banco, come y está planeando cómo hacer sus pagos…
Es un manojo de nervios.
2. Enojo, ira y mal humor
Como el tema financiero lo acosa todo el tiempo, se pone de mal humor.
Grita, está nervioso, se enoja por tonterías y más vale "perder el control que encontrarlo".
3. Avaricia
Como está tan preocupado y enojado, quizá hasta tiene actitudes incongruentes con su carácter.
"A ver si le mandamos unos dólares a mi mamá en Guatemala" --le pide la esposa-. "La situación está tan mal que está comiendo sólo una vez por día"… Y nuestro sujeto le contesta: --"¡Pues que aprenda a comer una vez cada dos días!"
4. Resentimiento
El resentimiento puede producirse a causa de un mal negocio.
Puede también estar dirigido a la sociedad o a la iglesia por ser culpables o por no reaccionar ante la situación en la que se encuentra el individuo.
El resentimiento lleva casi seguramente a la amargura y a la miseria espiritual.
5. Indulgencia
Créase o no, el individuo que está bajo mayores presiones económicas es el primero en caer en la indulgencia.
Sabe que no puede pagarse un lujo, pero de todas maneras se lo da porque "se lo merece".
Necesito unas vacaciones dice el indulgente, y se compra un viaje a Hawai.
De pronto, podría haberse ido al campo de su tía que le queda a dos horas de viaje de la casa y hubiera descansado igual. Pero el indulgente se va a Hawai, toma un crucero por el Caribe, se compra una nueva computadora o trae un auto "cero kilómetro" a la casa.
Después de darle la noticia a su esposa, por supuesto que también debe pagar para internar a la shockeada mujer en una unidad coronaria, pero es parte del "gusto que se merecía por haber sufrido tanto".
6. Inadecuado mantenimiento de datos
La persona que está en esclavitud financiera no sabe a dónde se le va el dinero. Llega el fin de mes y no tiene idea de cómo se gastó el sueldo. El área de los "gastos generales" es como un gran agujero negro en su universo financiero: el dinero que cae por allí ¡sólo Dios sabe a dónde va a parar! Le caen las "facturas sorpresa" y lo desequilibran. Sabe que su sueldo le debe alcanzar, pero no sabe por qué se "queda corto" cada mes.
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